lunes, 16 de junio de 2008

HOMENAJE A Ica en el 445 Aniversario de su Fundación Española

Seis voces


Serenata a la Amada Inolvidable
(Fragmento)


Antenor Maraví Izarra

Hoy es tu día
mi dulce, amada Ica.
La de los ángeles y héroes olvidados,
viento de sudores ardientes.
los pulmones acerados
de tus médanos y dunas
están gritando…¡Feliz Día!.

Mi corazón, volcán
de cielo encadenado,
bate palmas azules
al viento de los mares.
Mis ojos parpadeantes
como campanas enamoradas,
abren sus cadenas de amor
para abrazarte con rubor
de mil alboradas.

Maravillosa aurora
pericarpio extendido
en los tallos espaciales
del grito milenario,
de los Paracas y Nascas
sur y norte del arado triunfante
que nunca entregaron sus pechos
al yugo invasor.

Tierra onírica de la Chumbillaya,
oasis de luciérnagas encantadas,
botija ardiente de lagares y serpentines,
ubre mágica de piscos y vinos sonrientes.
Eres, mi bella y amada Ica.


Mirad, mi señora hermosa
es la brisa mañanera de junio
sembrada por don Luis Jerónimo de Cabrera
que hoy, empieza a cabalgar
en el sayal enamorado
de Antonia Moreno de Cáceres
y Catalina Buendía de Pecho.
con sus manos llenas de sol
vienen a ofrecerte guirnaldas
atesoradas en amorosos pechos.

Aquí está, vive y sonríe,
está presente con nosotros,
es tristitia y la danza de las horas,
enlazadas en la cena pascual
del hermano ausente.
Mirad, es Abraham Valdelomar
acaba de cruzar el arco triunfal
de los nibelungos y los dolientes colores,
del cholo gigante, Sérvulo Gutiérrez,
que danzan en ritual abrazo molecular.

Mirad, cuanta arenga auroral
cuantos rostros caudalosos.
son tus hijos, sí, son ellos
que sembraron la floresta legendaria
de la Achirana y Huacachina
escoltadas de huarangos sonrientes,
hoy flamean en nuestros pechos.
Oh, tierra pródiga
tierra del alba en vigilia,
dueña de todas las sangres
y heredades que se arquean,
en las alas victoriosas
de inolvidables batallas de amor.

También yo, he venido a saludarte,
he venido con mi pecho descubierto
para regalarte mis mejores sudores,
encadenadas en collares de lágrimas
he venido, para gritar a los cuatro vientos.

¡Que viva, mi amada, la inolvidable!
tierra de eterno sol y los siete sarmientos,
de oraciones siempre crepitantes
en los labios de viñedos ardientes.

Caravana de interminables juramentos
donde el amor es fragua permanente
y la unión fuerza incomparable de luz.

Que viva Ica, la siempre generosa,
la de los ángeles y héroes olvidados.
Que viva Ica, la tierra bendita
donde nació mi patria peruana.

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